Control tecnológico frente a las nuevas razas de jopo en girasol

Cultivos extensivos
Jopo en girasol

El girasol es un cultivo que puede darse en una amplia gama de tipos de suelos, dada su baja exigencia en relación con el terreno, y que se adapta bien a un rango flexible de temperaturas.Pero si hay una característica por la que destaca es su tolerancia al estrés hídrico. Su capacidad para resistir la deshidratación de los tejidos lo convierte en un cultivo muy resistente a la sequía y en una opción óptima frente a otras plantas más sensibles a la ausencia de precipitaciones.
En los últimos años, especialmente en la zona norte, se está produciendo una extensión de esta oleaginosa, entre otros motivos, por los beneficios agronómicos que aporta en las rotaciones. A ello se suman las mejoras en la genética de las semillas.

Por todo esto, se hace indispensable atajar una de las principales amenazas para el girasol, el “jopo”, una afección que puede llegar a ocasionar pérdidas de entre un 50% y un 100% de la producción de girasol.
 

Jopo

El jopo es una planta parásita que no tiene clorofila y se “apoya” en el girasol para conseguir nutrientes, penetrando en la raíz de la oleaginosa. Esta mala hierba es tan invasiva por su elevada capacidad de producir semillas: de cada planta pueden “salir” entre 30.000 y 50.000 semillas.

A nivel europeo, las diferentes razas de jopo, y que sucesivamente han ido venciendo la resistencia de los cultivares seleccionados, se han ido denominando como A, B, C, D, E, F y G.
 

La tecnología Clearfield

Precisamente el desarrollo de variedades híbridas con tolerancia genética a ciertos herbicidas, unido al control químico de las malas hierbas y el empleo de diferentes buenas prácticas agronómicas, se han convertido en los tres pilares fundamentales de la tecnología Clearfield, la más segura del mercado para luchar contra esta planta parásita.

Puesto que una de las principales amenazas del jopo es el desarrollo de nuevas razas, Syngenta trabaja desde el año 2000 en la obtención de híbridos con tolerancia genética al “imazamox”, un herbicida con gran capacidad de control sobre buena parte de las malas hierbas que afectan al girasol. Estas variedades tolerantes se han desarrollado aprovechando técnicas tradicionales de inducción de mutaciones y mejora genética, por lo que se está hablando de semillas no transgénicas.

La recomendación realizada desde el servicio técnico de Syngenta pasa por la aplicación de Listego (imazamox) (solo en girasol Clearfield), siendo el momento idóneo cuando la planta presenta entre tres y seis pares de hojas.
 

Buenas prácticas agronómicas

Para frenar la propagación del jopo, también son fundamentales las buenas prácticas agronómicas para prevenir la infección de los campos y evitar la dispersión de los ya infectados.

Las medidas preventivas pasan por usar semilla certificada, limpiar la maquinaria agrícola, rotar cultivos, mínimo laboreo, cosechar los campos no infectados en primer lugar y aplicar soluciones de control para evitar el desarrollo del área infectada.

Si queremos impedir la propagación, es necesario realizar un diagnóstico con el fin de conocer la dispersión del parásito e implementar estas buenas prácticas y soluciones de control.